El divorcio es sólo el principio – Rebecca Linares

Rebeca Linares ha estado alquilando habitaciones en su casa para ayudar a cubrir su hipoteca desde su divorcio. Demonios, no se va a deshacer de este lugar. ¿Has visto los precios de las propiedades inmobiliarias en Los Ángeles? Ahora tiene una compañera de cuarto llamada Goldey, que luce una parrilla dorada brillante y es todo un mujeriego. Ese hombre está constantemente poniendo pipas en su habitación y Rebeca se encuentra escuchando mientras finge ver la televisión. Maldita sea, esos sonidos blandos y blandos que emanan de la otra habitación realmente hacen que su coño ronronee. De hecho, tiene que sacudir el frijol viejo y frotar uno en la cabeza del hombre del barco. Cuando el joven compañero de cuarto sale a tomar un descanso, encuentra al puma cachondo trabajando su pargo goteante e inmediatamente le ofrece su enorme y bulbosa varita de amor de ébano para que ella la examine con los ojos y principalmente con la boca. Una polla dulce, salada y recién bañada nunca le ha sabido mejor a esta zorra de mediana edad con cuernos y privaciones. ¡Ella está en esa polla rápido! Chupando y acariciando, ella sabe muy bien dónde debe estar esta serpiente de pantalón: las pelotas en lo profundo de su túnel de amor hiperhúmedo. Pronto se están agachando y ensuciándose chocando con feos en el sofá mientras nuestro héroe intenta darle a nuestra puma algunos orgasmos profundamente serios y estremecedores. Joder, ¿necesitaba esto? Este hijo de puta habla en serio mientras golpea ese coño con un gusto que sólo un hombre joven puede darle a una mujer mayor. Pronto Rebecca se ha ganado esa lluvia de semen que tan valientemente desafía mientras él le inunda la cara con una ráfaga de su jugo de amor. Por eso alquilan las habitaciones, señoras. El divorcio no es un final, es un nuevo comienzo, ese túnel que hay delante no es un tren, esa es la parrilla de Goldey con su gran polla bulbosa corriendo hacia ti.